La Última Vuelta… Y Cayó Al Barranco

¿La ruta de la muerte? Historias inolvidables.

¿Sabe usted donde se construyó la primera carretera o vía que unió la Costa con la Sierra del Ecuador? ¿Que a la vez se convirtió en la más peligrosa del mundo?  No se lo imagina, pues le cuento en esta noticia, siéntese bien, preparase un cafecito y acompañe en este viaje al pasado e historia.

 

Esta carretera inicia su construcción allá por el año de 1919 en la presidencia del Dr. Alfredo Baquerizo (1916-1920). El artífice y constructor de está mega obra fue Don Carlos Vergara, cuya carretera fue hecha por manos ecuatorianas de Chimborazo y de la Costa a pico, pala y carretón de madera, ya que en aquellos tiempos no había maquinaria alguna.

Esta monumental obra fue inaugurada un 30 de agosto de 1942 en la presidencia de Carlos Arroyo del Río, el primer carro que circuló e inauguró la vía o carretera fue una camioneta de color habano con placa E-183, conducida por Don Alfonso Lasso, que era el chofer de Don Carlos Vergara.

 

Una puesta en circulación esta carretera empezó el “viacrucis” para los distintos choferes de aquel tiempo que circulaban con carros exclusivos de aquel tiempo como Ford, Dodge y Chevrolet 350 o 750, marcando un hito histórico para Ecuador ya que por esta carretera ingresaron los primeros carros rodados a Quito (En Quito antiguo solo había carros clásicos circulando, que fueron traídos en piezas por tren que construyó Eloy Alfaro)

El riesgo de accidentes de tránsito y muerte por circular por esta carretera histórica era tan evidente, debido a que esta vía era tan angosta que no podían circular dos vehículos a la vez. En el barrio de San Juan de Chillogallo (Km 19) ubicado a 3340 msnm, en plena cordillera existen aún vestigios de una cadena y muro que servía para los famosos “Convoy”, que consistía, que los carros que bajaban desde Quito se detenían hasta que circulen los que venían en sentido contrario desde Santo Domingo o viceversa, de esa manera evitaban el caos y los accidentes porque al dar paso se iban al barranco. Para ello había dos controles: El uno estaba en San Juan y el otro en Chiriboga.

 

Testigos fieles de las almas benditas de choferes y pasajeros que se fueron al barranco o al más allá son las cruces (+ tradición de los ecuatorianos es construir cruces de cemento o hierro y colocar en los sitios donde falleció su ser querido en una vía o carretera) que se encuentran a lo largo de toda la vía, marcando un punto de partida de un chofer o pasajero. Actualmente en el barrio de Santa Rita, esto al sur de Quito todavía existe un Santo llamado “Jesús de Nazareth o el Señor del Puente” ubicado en la calle Alfredo Escudero (Por aquí pasaba la vía original, que esta diagonal a la av. Mariscal Sucre) justo alado de un puente de piedra (lo llamaban el Puente del río Grande, río que no existe porque fue rellenado), aquí podemos divisar un altar con el santo, donde los choferes ofrendaban limosnas y se encomendaban al santo para ir y volver con vida.

 

“El último viaje… y se cayó al barranco” cuenta la historia que un señor de apellido Muñoz tenía un camioncito antiguo mixto de cajón de madera que llevaba pasajeros, madera y carbón, siempre hacia sus viajes, hasta que un día el destino le tenía marcado su historia que fue para siempre. Su carro estaba un poco en mal estado, amigos y familiares le sugirieron que lo arreglara, pero su terquedad o experiencia lo motivo a decir “La última vuelta” y al regresar lo arreglo, pero se fue “al barranco” y le costó la vida junto a más de 10 pasajeros que lo acompañaban, sus palabras que dijo y luego se convirtió en un predicho “La última vuelta” se convirtió en realidad que marcó su paso dejando huella por la “Antigua vía A Santo Domingo de los Colorados”, hoy Tsáchilas.

 

Como testigo fiel de esta historia, todavía existe una cruz incrustada en la pena con iniciales del año 1960, donde se marco esta historia de “La última vuelta”.

La antigua vía a Santo Domingo de los Colorados sirvió por 21 años hasta el verano de 1963, que fue cuando se apertura la vía Alóag – Santo Domingo. En la actualidad esta carretera tiene una existencia de 82 años de vida que en su inicio era desde el parque Zaracay de Santo Domingo de los Colorados (hoy Tsáchilas) hasta el centro histórico de Quito, específicamente la Plaza 24 de Mayo, pero hoy se la divisa solo desde el Barrio la Libertad de Chillogallo hasta el sector de La Palma, 7 km arriba de Alluriquín.

 

No se pierda en segunda historia de la carretera más antigua del Ecuador y a la vez la más peligrosa del mundo, donde la Cooperativa Interprovincial Occidentales, que circulo desde el año 1956.

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Esta carretera inicia su construcción allá por el año de 1919 en la presidencia del Dr. Alfredo Baquerizo (1916-1920). El artífice y constructor de está mega obra fue Don Carlos Vergara, cuya carretera fue hecha por manos ecuatorianas de Chimborazo y de la Costa a pico, pala y carretón de madera, ya que en aquellos tiempos no había maquinaria alguna.

Esta monumental obra fue inaugurada un 30 de agosto de 1942 en la presidencia de Carlos Arroyo del Río, el primer carro que circuló e inauguró la vía o carretera fue una camioneta de color habano con placa E-183, conducida por Don Alfonso Lasso, que era el chofer de Don Carlos Vergara.

 

Una puesta en circulación esta carretera empezó el “viacrucis” para los distintos choferes de aquel tiempo que circulaban con carros exclusivos de aquel tiempo como Ford, Dodge y Chevrolet 350 o 750, marcando un hito histórico para Ecuador ya que por esta carretera ingresaron los primeros carros rodados a Quito (En Quito antiguo solo había carros clásicos circulando, que fueron traídos en piezas por tren que construyó Eloy Alfaro)

El riesgo de accidentes de tránsito y muerte por circular por esta carretera histórica era tan evidente, debido a que esta vía era tan angosta que no podían circular dos vehículos a la vez. En el barrio de San Juan de Chillogallo (Km 19) ubicado a 3340 msnm, en plena cordillera existen aún vestigios de una cadena y muro que servía para los famosos “Convoy”, que consistía, que los carros que bajaban desde Quito se detenían hasta que circulen los que venían en sentido contrario desde Santo Domingo o viceversa, de esa manera evitaban el caos y los accidentes porque al dar paso se iban al barranco. Para ello había dos controles: El uno estaba en San Juan y el otro en Chiriboga.

 

Testigos fieles de las almas benditas de choferes y pasajeros que se fueron al barranco o al más allá son las cruces (+ tradición de los ecuatorianos es construir cruces de cemento o hierro y colocar en los sitios donde falleció su ser querido en una vía o carretera) que se encuentran a lo largo de toda la vía, marcando un punto de partida de un chofer o pasajero. Actualmente en el barrio de Santa Rita, esto al sur de Quito todavía existe un Santo llamado “Jesús de Nazareth o el Señor del Puente” ubicado en la calle Alfredo Escudero (Por aquí pasaba la vía original, que esta diagonal a la av. Mariscal Sucre) justo alado de un puente de piedra (lo llamaban el Puente del río Grande, río que no existe porque fue rellenado), aquí podemos divisar un altar con el santo, donde los choferes ofrendaban limosnas y se encomendaban al santo para ir y volver con vida.

 

“El último viaje… y se cayó al barranco” cuenta la historia que un señor de apellido Muñoz tenía un camioncito antiguo mixto de cajón de madera que llevaba pasajeros, madera y carbón, siempre hacia sus viajes, hasta que un día el destino le tenía marcado su historia que fue para siempre. Su carro estaba un poco en mal estado, amigos y familiares le sugirieron que lo arreglara, pero su terquedad o experiencia lo motivo a decir “La última vuelta” y al regresar lo arreglo, pero se fue “al barranco” y le costó la vida junto a más de 10 pasajeros que lo acompañaban, sus palabras que dijo y luego se convirtió en un predicho “La última vuelta” se convirtió en realidad que marcó su paso dejando huella por la “Antigua vía A Santo Domingo de los Colorados”, hoy Tsáchilas.

 

Como testigo fiel de esta historia, todavía existe una cruz incrustada en la pena con iniciales del año 1960, donde se marco esta historia de “La última vuelta”.

La antigua vía a Santo Domingo de los Colorados sirvió por 21 años hasta el verano de 1963, que fue cuando se apertura la vía Alóag – Santo Domingo. En la actualidad esta carretera tiene una existencia de 82 años de vida que en su inicio era desde el parque Zaracay de Santo Domingo de los Colorados (hoy Tsáchilas) hasta el centro histórico de Quito, específicamente la Plaza 24 de Mayo, pero hoy se la divisa solo desde el Barrio la Libertad de Chillogallo hasta el sector de La Palma, 7 km arriba de Alluriquín.

 

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